Es un proceso terapéutico para la recuperación de la propia autoestima perdida en las etapas primordiales de la vida. Tanto a través del trauma natal como posteriormente en la primera infancia y a consecuencia de la desaprobación recibida a través de las figuras de autoridad, el niño perdió el verdadero sentido de si mismo convirtiéndose en una marioneta de su propia personalidad creada a través de los pensamientos que él mismo elaboró según los mensajes recibidos de su entorno. Si supiéramos quienes somos, no nos conformaríamos con menos de lo que merecemos.

La falta de autoestima es la causa principal de las calamidades del mundo, incluyendo los fracasos en las relaciones, los problemas financieros, la carencia, enfermedades, crimen, suicidio, drogas, delincuencia juvenil, alcoholismo, abuso, relaciones con lucha, rivalidades, mala alimentación etc… También es obvio que a menudo se trata de reparar el efecto en lugar de ir a la causa, al problema clave.

Vivimos en un mundo que es menos de lo que podría ser, un mundo creado por miles de millones de personas que desconocen su verdadera identidad.

Los niños que crecen en la desaprobación crean patrones de fracaso en la vida. Se pueden convertir en una persona muy sumisa por miedo al dolor de la desaprobación, o por lo contrario pueden ser grandes rebeldes. La adicción al conflicto devalúa la autoestima y nunca lleva a la felicidad en las relaciones.

Sanar el síndrome de desaprobación te convertirá en la autoridad de tu vida. Un creador pro-activo, en lugar de un reactor separado de su verdadera esencia divina y creativa.

Te liberarás a ti mismo.

Conocerás la diferencia entre la experiencia de una autoestima verdaderamente alta y lo que simplemente es una auto-imagen positiva. Entenderás que conocerte y tener relaciones exitosas es una sola cosa.

Las relaciones humanas son la medida a través de la cual sabrás identificar en que punto estás tu con relación al verdadero auto-amor, respeto, conciencia y entrega a los demás. Por eso se llama interconectada.